MICRO TEXTOS
A veces no se necesitan muchas palabras para expresar algo.
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En lo sencillo, muchas veces, se esconde lo complejo.
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No olvidemos la magia de las palabras.
No olvidemos el poder de los sentimientos.
Es una receta sencilla.
Sazónala con amor.
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Eran dos.
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Muy distintas por fuera y tan parecidas por dentro.
Y lo más bonito de su amistad no era esa conexión especial que compartían.
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Lo más bonito era el abrazo. Ese abrazo que hacía milagros.
Porque por muy negro que estuviera el cielo, siempre lograba disipar los nubarrones.
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Simplemente hablando.
Porque así es como funciona la verdadera amistad.
Miedo a sentir. Miedo a expresar lo que sentimos. Miedo al rechazo. Miedo al miedo. Por no mandarlo todo a la mierda y luchar por lo que creemos, por lo que somos. Que al fin y al cabo vale más la pena sentir lo que eres que ser lo que la sociedad quiere que seas.
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Así que atrévete a ser tú.
Y me di cuenta de que todos teníamos la razón.
Y todos estábamos equivocados.
No hablan mucho. Se ven en persona un par de veces al año. Parece que sólo les une una mochila llena de recuerdos y varios seguidores en Instagram. Pero aún así, siempre están el uno para el otro. Incondicionales. A pesar de los obstáculos.
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Los mejores amigos.
Siempre.
ALÉJATE DE LAS PERSONAS QUE TE SONRÍEN CON CALZADOR.
¿Conoces esa sensación de cuando suena tu canción favorita? Pues contigo me pasa continuamente.
Te hace falta enamorarte.
Pero no de otros, sino de
ti
Tal vez nuestro tiempo ya haya pasado.
Tal vez nuestra historia ya esté escrita y editada.
Tal vez ha llegado la hora de cambiar de libro.
Pero recuerda que existen las cicatrices, aun literarias.
Tal vez nuestras historias no sean perpendiculares, sino paralelas.
Diría que tu mayor facultad es hacerme sonreír. Y no sé cómo lo haces, pero aunque haya tenido un día de mierda, tu sola presencia hace que merezca la pena haber vivido un día más junto a ti.
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Aunque nos separen las horas.