A 0 metros de ti
- losrinconesdesagaz

- 30 may 2019
- 2 Min. de lectura
Me gustaría decirte que no. Que no te preocupes. Que no tengas miedo. A explotar, a hacerle daño a la gente que amas, a sentir dolor, a no sentir nada.
Me gustaría decirte que no. Que no tengas ya más miedo a la soledad, a ese vacío infinito que nunca se llena ni se vacía, a esa sensación de impotencia, y de motita de polvo.
Sé que es una mierda, depender siempre de esa sensación, de ese hormigueo constante en el vientre, como si estuvieras en una montaña rusa.
Te comprendo cuando sientes el éxtasis de la alegría, cuando ves, o estas al lado de la persona que quieres, o que dices que quieres, porque no te das cuenta de que, al fin y al cabo, es obsesión, carburante de dependencia que te eleva hacia el cielo en un abrir y cerrar de ojos.
Te comprendo, porque puedo imaginar tus llamas ardiendo por dentro, la presión de la sangre golpeándote salvajemente en el pecho.
Te comprendo, porque sé lo que es sentirse la persona más feliz del mundo, sé lo que es sentirse invencible, no de fuerza, sino de amor. Te comprendo, porque yo también habría cruzado infinitos infinitos sólo para recibir una simple sonrisa de esa persona.
Y me gustaría decirte que no. Que la montaña rusa no va a caer en picado, 240 Km por hora, cuesta abajo, en un segundo.
Supongo que te estaría mintiendo, si te dijera que no sientes los detalles, como puñaladas directas al corazón. Destellos imperceptibles captados por la periferia de tu pupila. Minúsculos destellos de rechazo. Minúsculos destellos. Que en milésimas de segundo dan la vuelta a tu mundo, comisionando e implosionando.
Me gustaría decirte que no. Que el engranaje de tu montaña rusa no se está preparando para el descenso. 240 km por hora en un segundo. Tan rápido que no da tiempo a pensar. Pero sí a sentir.
Y joder, me gustaría decirte que no, que no sentirás el rechazo, el dolor, la rabia, la soledad. Que tus tinieblas que dan paso a la nada no se convertirán en un agujero negro del que te costará ( o no ) salir. Caos envuelto en amor. Amor envuelto en caos.
Y lo sé, te dirán que sientes demasiado, que es o todo o nada, que cambias de humor repentinamente y que haces cosas incomprensibles. Tú dirás que todo está en los detalles, y que no puedes controlar lo que sientes. Porque, por sentir, o lo sientes todo, o no sientes nada.
Y yo. Yo necesito decirte que sí. Que si se puede. Que este torbellino que te lleva, de un segundo a otro a la alegría y a la tristeza, se convierte en simple brisa de primavera. Que vendrá gente que te quiera de verdad, y que te enseñe que existen los grises. Que te ayudará a gestionar tus emociones, y no volverás a ser montaña rusa. Que siempre quedarán los rescoldos de las llamas, pero recuerda, que nunca debes resguardarte tras la comodidad de una etiqueta, de una enfermedad, de un concepto, y a partir de ahí justificar todas tus acciones.
Yo te digo, a ti, pequeña, que lograrás luchar tus demonios y sonreír de corazón, sin complejos ni kilómetros, a cero metros de ti.






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