Aunque llueva

Hay días en los que no sale sonreír.

Y no pasa nada.

Hay días que son punto y aparte, miradas esquivas en el espejo,

auriculares en modo salvavidas.

En los que la única medicina es esa canción resonando en la radio del coche,

mirar las estrellas desde el balcón de la terraza, o desatar todas las tormentas

que llevas por dentro y esperar a que amaine el aguacero y llegue la paz.

Hay días en los que te sientes perdida en tu propio camino.

En los que el futuro te ahoga y el presente no sabe a nada.

Hay días en los que te sientes mal por no estar bien,

y te presionas a sentirte bien estando mal.

Y días en los que no puedes para de sonreír y todo es tan perfecto.

Y no es que haya algo dentro de nosotros que no funcione.

Es que la vida son arribas y abajos. Y por mucho que intentemos conducir recto,

nos encontraremos con baches y curvas en la carretera.

Y la adrenalina de conducir sin saber a dónde lleva.

Aunque llueva.