Medianoche

Se despierta por las noches, cuando todo es oscuridad. Abre los ojos y los posa en la densa penumbra. Se despierta en el instante en el que es más vulnerable. En ese momento en el que sólo están ella y sus pensamientos. Ni siquiera brilla la luna. Ni las estrellas.

      Intenta evitarlo, incluso se toma pastillas, de esas que te hacen dormir de un tirón. Pero con ella, no. Con ella no funcionan.

      Siempre se pregunta qué es lo que la mantiene despierta por las noches, por qué no puede quitarse de la cabeza todas las cosas que la agobian, que le impiden respirar. Por qué tiene que rayarse tanto por esas personas que le hacen daño, por qué tiene darle vueltas y más vueltas a ese comentario que le dijo aquel chico por la calle. Por qué no puede olvidar el gesto de asco o las miradas de reproche.

      Lo intenta, de veras que lo intenta. Pero nunca lo logra.

      Hasta que descubra que la respuesta no está en los demás, sino en ella.

      Que el secreto es ser feliz. Y encontrarse con ella misma. Al desnudo.

      Y punto.